martes, 7 de junio de 2011

SUCCIÓN DIGITAL (Succión del dedo pulgar en el niño)

La succión digital se ha descrito como un hábito común en la infancia que se considera normal hasta la edad de los 3 ó 4 años. Aunque la mayoría de los niños que comienzan a “chuparse” el pulgar interrumpen esta costumbre hacia los 2.5 - 3 años, en algunos casos este hábito permanece hasta edades entre los 6 y 12 años.

CONSECUENCIAS:

a) Los riesgos asociados a la succión del pulgar dependen de la frecuencia, intensidad, duración y posición del dedo en la boca. Se han visto alteraciones dentales asociadas a este hábito, incluyendo malposicion dentaria, mordida abierta y deformaciones faciales. La presencia de este hábito después de los 4 años genera igualmente cambios en la tonicidad muscular de labios y mejillas, retarda su maduración, dificulta la deglución normal; todo lo cual también puede afectar otras funciones como la fonación y la respiración entre otras.

b) Otros problemas asociados a este hábito son la formación de callos, uñeros y deformación del dedo. Otros efectos negativos de este hábito pueden ser los trastornos en el lenguaje.

TRATAMIENTO:

El tratamiento del hábito de la succión del pulgar es apropiado a partir de los 4 años de edad si el problema es crónico y se presentan síntomas incipientes de los problemas dentales antes señalados.

a) La Ortodoncia dispone de diversas alternativas en el tratamiento del hábito de succión digital. Los más utilizados son la rejilla palatina y el dispositivo "Bluegrass" . Son aparatos bien tolerados y herramientas aptas en el tratamiento de este desorden.

b) Antes de su implantación se debe explicar al niño que no se trata de un dispositivo permanente, sino únicamente le sirve de recordatorio de que no debe succionarse el dedo. El dispositivo Bluegrass tiene la ventaja de no ser visible, y además, tiene la ventaja de ser un estimulantes muscular para la lengua con lo que puede ayudar al pacientes a mejorar su habla. Tiene la desventaja de crear problemas para hablar y deglutir durante las 2 ó 3 primeras semanas después de su implantación hasta que el niño se acostumbra.

c) Por lo general, los niños abandonan el hábito en el primer mes de tratamiento aunque se recomienda que el aparato continúe en la boca durante 3 a 6 meses con el objetivo de reducir las probabilidades de una regresión. Al retirarse el dispositivo se deben evaluar las condiciones dentales y funcionales del paciente.


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